Organizaciones que evolucionan a través del aprendizaje

Ya no es novedoso asegurar que quien aprende con mayor rapidez contara con mayores oportunidades competitivas. Cada vez más, como producto de la creciente interconexión en el mundo de los negocios, la competitividad se vincula con el aprendizaje.

Las organizaciones inteligentes son posibles porque en el fondo todos somos aprendices. Nadie tiene que enseñar a un niño a aprender. En rigor, nadie tiene que enseñar nada a un niño. Los niños son intrínsecamente cuidadosos, aprendices hábiles que aprenden a caminar, hablar y arreglarse por su cuenta. Las organizaciones inteligentes son posibles porque aprender no sólo forma parte de nuestra naturaleza sino que amamos aprender.

En alguna ocasión la mayoría hemos formado parte de un gran ‘equipo’, un grupo de personas que juntas funcionaban maravillosamente, se profesaban confianza, complementaban mutuamente sus virtudes y compensaban mutuamente sus flaquezas, que tenían metas comunes más amplias que las metas individuales, que producían resultados extraordinarios.

He conocido a muchas personas que han experimentado esta profunda labor de equipo, en la política, en los deportes  o en los negocios. Muchos han pasado gran parte de su vida procurando reencontrar esa experiencia. Lo que experimentaron fue una organización inteligente. El equipo no era magnífico desde un principio, sino que aprendió a generar resultados extraordinarios.

Hoy más que nunca, las nuevas empresas relevantes serán las que descubran como canalizar y aprovechar el entusiasmo y la capacidad de aprender de toda la gente que compone la dicha empresa.

05-07-2020

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