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El efecto globalización no es nuevo, pero parece que todavía cuesta entenderlo, y más aún en el ámbito de los negocios en la red.
Hace algunos años que las tecnologías de la información y comunicación soportan, fuera de internet, múltiples transacciones comerciales entre empresas e individuos, con estándares que cubren seguridad, dinero electrónico, identidad digital y recaudación.
Pero la fascinación y el sorprendente crecimiento de internet durante los últimos años, un hecho único en la historia de la tecnología, con su promesa simple de conectividad universal a bajo costo, anuncia una singular revolución respecto a la forma en que se ejecuta el comercio, presentando ofertas de todo tipo de productos y servicios, negociando y obteniendo información.
En realidad el comercio electrónico va más allá de la simple adquisición de productos en la red. Da lugar a una variedad de acciones, tales como navegar, comprar, observar, jugar apostar, negociar, obtener informaciones, cerrar transacciones, lograr informaciones sobre el estado de pedidos y definir procedimientos de envíos.
Como contrapartida, también significa obtener al mismo tiempo información sobre los visitantes y clientes, organizar esa información en base de datos y utilizarla para promociones, encuestas, campañas de marketing, lo que eventualmente vulnera la privacidad individual.
El gran desafío para la credibilidad es replicar en el mundo virtual los complejos mecanismos que tienen lugar en el mundo real.
A medida que nos vamos moviendo hacia ese mundo digitalizado, un importante sector de la población mundial se verá o se sentirá privado de sus derechos o privilegios, dependiendo de su flexibilidad digital.
Los bits no son comestibles y, por lo tanto, no pueden paliar el hambre en forma directa. Las computadoras no tienen moral, no son capaces de resolver temas complejos, como el derecho a la vida o la muerte. Sin embargo, estar digitalizados nos da muchos motivos para ser optimistas.
Como una fuerza natural, la era digital no puede ser negada ni detenida, porque tiene cuatro grandes cualidades que la conducirán finalmente a su triunfo acelerado: descentralización, globalización, armonización y motivación.
Finalmente, frente a la euforia que rodea el desarrollo del comercio electrónico es importante recordar, que el impacto acelerado de la globalización, al mismo tiempo que comunica e integra pueblos y culturas, ha incrementado sensiblemente la desigualdad en el mundo al concentrar la riqueza en menos manos, con sus indeseables consecuencias de migración, presiones sociales, inestabilidad y conflictos.
Entonces, necesariamente, la sociedad y la política impondrán nuevos marcos de referencia al desarrollo de estas tecnologías.
El rol de internet continuará evolucionando y seguramente se transformará en los próximos años en el nuevo tono de discar de las sociedades desarrolladas. La tecnología seguirá teniendo un profundo impacto sobre la sociedad, al tiempo que factores sociales, culturales, normas legales y desarrollo económico impactaran a su vez sobre el grado de adopción de internet y del comercio electrónico.
21-07-2021