La realidad de la competencia ha engendrado un replanteo en la teoría del management. Los procesos de planificación, organización y control no alcanzan para hacer frente a la novedad, la diversidad y la transitoriedad de mercados de hoy tan turbulentos.
En un mundo complejo reinan las ideas en la búsqueda desenfrenada por encontrar ventajas, diferenciales y sostenibles .Por eso la innovación es uno de los pilares del management estratégico.
El problema de competitividad que tienen hoy tantas empresas no es un problema de competencia extranjera, sino un problema de competencia poco tradicional. No es una batalla entre Estados Unidos, Japón y Europa (Japón y Europa tienen problemas competitivos aún más importantes que Estados Unidos).
El verdadero problema radica en la competencia entre los atrasados y los retadores, entre los “arrendatarios” y los innovadores, entre los apáticos y los imitadores frente a los imaginativos.
Los retadores inventan normalmente soluciones más eficientes para los problemas de los clientes, a modo ejemplo, películas a la carta emitidas por cables de banda ancha frente a películas alquilables en el videoclub hoy ya extinguido, o las compras directas al fabricante por e-commerce, frente a las compras en los grandes almacenes tradicionales.
Las nuevas soluciones no surgen porque los retadores sean cada vez más eficientes que los “arrendatarios”, sino porque son significativamente más heterodoxos. Descubren las nuevas soluciones porque están dispuestos a olvidarse de lo antiguo y mirar más allá.
Por eso podemos decir que la competitividad estimula la innovación, y además se nutre de ella.
05-08-2020